Mario Lavista es un compositor y escritor mexicano nacido en 1943 en Ciudad de México. Ha estudiado con personalidades de la composición musical tan destacadas como Jean-Étienne Marie, Henri Pousseur o Karlheinz Stockhausen. Pertenece a El Colegio Nacional, institución creada para agrupar a los intelectuales, científicos y artistas más importantes de México. Con el lema de «Libertad por el saber», el Colegio tiene el fin de preservar todo lo que el país puede ofrecer a la humanidad.
La obra de Lavista es amplia y muy variada. Podemos encontrar música orquestal, de cámara, a solo, vocal, para todo tipo de instrumentos y agrupaciones. Destaca su ópera en un solo acto Aura¸ basada en un texto narrativo del escritor Carlos Fuentes. La obra, que narra una historia de amor entre jóvenes en la que se mezclan la realidad y la fantasía de un modo que llega a confundir al espectador, llevó a Lavista a una posición de importancia en el mundo de la composición.
Lavista fundó en 1970 el ensemble Quanta, dedicado a la improvisación y al concepto de creación-interpretación simultánea. Actualmente imparte las cátedras de composición, análisis y lenguaje musical del siglo XX en el Conservatorio Nacional de Música de México.
Mario Lavista impregna en sus obras un ambiente oscuro, a veces místico, cercano al estilo de Stockhausen. En ocasiones, su música posee un aspecto filosófico, especulativo, tal y como Lavista deja claro en sus varios ensayos sobre música, que demuestran también su gran capacidad como teórico y pensador.
Ofrenda, obra para flauta de pico tenor
Ofrenda está escrita para flauta de pico tenor. Se trata de una obra de unos 9 minutos de duración, llena de melodías largas y misteriosas que viajan a través de los distintos sonidos de la flauta, haciéndonos entrar en un mundo de reflexión y pensamiento.
La partitura está encabezada por un fragmento de un poema del poeta chino del siglo IX Bai Juyi:
¿Por qué un espléndido paisaje,
o unos ojos amigos, me desatan
como si me cruzara con Dios en este mundo?
—Bai Juyi
Ya el poema inicial escogido por Lavista muestra el carácter pensativo, en ocasiones hasta de un tono religioso, que tiene la obra.
Podríamos dividir la obra en cuatro partes:
- Una primera que comienza con la melodía principal, lenta, con momentos muy intensos en el registro agudo de la flauta.
- Una segunda parte aún más lenta encabezada por la indicación da lontano (desde lejos). En esta sección comienzan a aparecer multifónicos, efecto que aparecerá con bastante frecuencia más adelante.
- Una tercera sección más lenta aún que las anteriores, en la que se vuelve al tema que aparece al principio de la obra.
- Una última parte con la indicación Statico. Esta es, sin duda, la zona más expresiva de la obra. Es la más lenta de todas y comienza con unos multifónicos largos y en lo posible suaves que llevan a una melodía final a la que el compositor llama «organum». En esta última línea el flautista ha de cantar una serie de notas mientras toca otras. Tras toda la intensidad que contiene, la obra termina con una inmensa sensación de tranquilidad.
Está claro que Ofrenda es de un carácter introspectivo y místico impresionante. Sus melodías largas y expresivas hacen que nos perdamos en nuestros pensamientos. Algunos pensadores románticos afirmaban que la buena forma de escuchar música es dejándonos llevar por la fuerza que está posee, la cual puede conducir nuestros pensamientos y emociones de una manera u otra; y, sinceramente, creo que Ofrenda encaja con esa forma de pensar.
La obra tiene, en muchas ocasiones, un sabor arcaico. Esto es producido por la gran cantidad de intervalos de quinta y cuarta (los intervalos más utilizados en la Edad Media, aparte del grado conjunto) que se esconden en la partitura. Podemos ver cómo la pieza comienza con un intervalo melódico de quinta y acaba con la misma quinta (do-sol) pero, en este caso, como un intervalo armónico. Además la última sección de la obra con el título de «organum» deja claro que Lavista está haciendo referencia a la música del Medievo.
Ofrenda explora por completo el registro de la flauta de pico. Va desde la nota más grave de la flauta (do) hasta un la bemol sobre agudo, una nota realmente extrema en cuanto a registro. Gracias a esto, la obra goza de melodías líricas y muy expresivas en los graves y de zonas de gran intensidad en los agudos. Lavista también explora la flauta en el sentido de la utilización de muchos tipos de matices y reguladores dinámicos (desde fortissimi y crescendi hasta sforzandi y pianos súbitos).
Está claro, por lo tanto, que Ofrenda posee mucho más de lo que a primera vista puede parecer. Siempre solemos pensar que el virtuosismo se basa en tocar muchas notas lo más rápido posible, pero esto no es así. Esta obra es de una dificultad técnica muy grande para un flautista. Para empezar las frases son largas y lentas, con lo que es necesario tener una gran capacidad pulmonar para realizarlas con una sola respiración. La obra contiene una cantidad de digitaciones alternativas inmensa, y es complicado conseguir una afinación perfecta con tantos cambios de dinámica. Es importante mantener un sonido recto y sin cambios en las notas largas de la obra, y cantar las notas correctas sin alterar su afinación en el «organum».
En definitiva, Ofrenda es una gran obra del repertorio contemporáneo de la flauta de pico. Una pieza profunda que esconde en su interior un gran potencial expresivo y que invita a la reflexión.
https://www.youtube.com/watch?v=dG3CyaKCNlk
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