Cómo tocar música contemporánea y no morir en el intento

En muchas ocasiones el repertorio contemporáneo suele evitarse o tocarse lo menos posible por su aparente dificultad y por un rechazo inicial hacia la sonoridad de éste

Por lo general, se entiende como música contemporánea aquella música compuesta a partir de la década de los setenta, tras la desaparición del modernismo. Hay una gran cantidad de música de este estilo escrita para nuestro instrumento de todas partes del mundo. No obstante, en muchas ocasiones suele evitarse o tocarse lo menos posible por su aparente dificultad y por un rechazo inicial hacia la sonoridad de éste. Con este artículo me gustaría acercar este repertorio a aquellos que, por un motivo o por otro, no hayan tocado nada de música contemporánea o tengan dificultades para abordar obras de estas características.

En primer lugar, vamos a ver por qué la música es, o parece, tan difícil. Nada más elegir una partitura, sin ni siquiera empezar a tocarla, vemos un galimatías de símbolos, medidas extrañas y demás florituras. Además (para hacerlo todo un poco más complicado), cada autor utiliza sus propios símbolos para cosas distintas.

¿Quién se anima a tocar esto?

¿Quién se anima a tocar esto?

Bueno, que no cunda el pánico. Lo primero es identificar qué quieren decir todos aquellos signos que no conozcamos. Normalmente, en la primera página viene una leyenda (en inglés, casi siempre) en la que se explica a qué hace referencia cada símbolo. Cuando se identifica cada símbolo, vemos que, en realidad, asusta más de lo que realmente nos piden que hagamos.

Meditation, de Ryohei Hirose

Meditation, de Ryohei Hirose

Algunos de los efectos que suelen aparecer con más frecuencia en obras para flauta de pico son los siguientes:

Glissandi

Frullati

Cuartos de tono

Organa

Multifónicos

Otro de los problemas que nos solemos encontrar tras haber identificado el significado de cada símbolo es cómo darle cierto sentido a la obra. Es decir, ¿cómo tocarla sin que parezca un montón de ruido?

El método para montar una obra contemporánea es el mismo que para cualquier otro tipo de pieza, solo que tenemos que ser mucho más metódicos

Esto es más fácil en unas obras que en otras. De hecho, algunas casi están compuestas con ese objetivo. Una de las cosas que, por lo menos a mí, me suelen ayudar es intentar “inspirarme” de cierta manera con el título de la obra. Muchos autores suelen escribir un par de líneas o un poco de contexto para que la obra tenga un poco más de musicalidad. Si no, siempre podemos intentar imaginar una historia/imagen que nos ayude a que la obra tome forma.

Pero, bueno, que nadie se asuste. Antes de echarnos a temblar, vamos a ver cómo preparar una de estas obras. Lo cierto es que el método para montar una obra contemporánea es el mismo que para cualquier otro tipo de pieza, solo que tenemos que ser mucho más metódicos. Mi consejo es este:

  • Practicar segmentos pequeños, en vez de toda la obra de un tirón. Así, podremos concentrarnos en las dificultades de cada trozo sin perder el tiempo
  • Empezar con una velocidad a la que podamos controlar todo lo que tenemos que hacer: notas, dinámicas, efectos, articulación… e ir subiendo poco a poco hasta llegar al tempo requerido
  • Estudiar los efectos por separado, si nos suponen un problema
  • Tener paciencia. Con constancia y esfuerzo, llegaremos a tocar la obra sin problemas, pero hay que ir poco a poco y no precipitarse

En conclusión, simplemente decir que este es un estilo que tiene mucho que ofrecer y que, aunque pueda parecer intimidante, merece la pena darle una oportunidad.

→ Más información relacionada con este artículo en este enlace.